martes, 4 de agosto de 2020

"la hipocresía es el colmo de todas las maldades" Moliére


“la hipocresía es el colmo de todas las maldades” Moliére

Siempre he pensado que en el laberíntico mundo de la política únicamente percibimos una parte ínfima de la realidad de los hechos. La suma de cierta prensa mediatizada y/o costeada más los políticos retorciendo la verdad nos conducen en la mayoría de los casos a llegar a conclusiones inexactas.
En el terreno de la distorsión de la realidad los políticos se mueven con una brillante maestría.

El caso más reciente es el del retiro voluntario del Rey Emérito Juan Carlos I abandonando España.
En un tema tan condicionado a las propias convicciones resulta muy complejo emitir una opinión; sin embargo sí me concedo manifestar mi criterio, de manera muy resumida, con un abierto agradecimiento por haber podido disfrutar durante estos últimos 40 años de una época de paz y prosperidad como posiblemente tardaremos mucho tiempo en volver a tener.
Son tiempos convulsos en donde los políticos fulleros y tramposos se encuentran muy cómodos para sembrar el paisaje crispado, su auténtico caldo de cultivo, y de esta forma vagabundear por sus vidas políticas.

Una condición prevalece entre todas las demás condiciones de la que presumen estos políticos de baja calaña: la hipocresía.

Porque hipócrita es creer categóricamente a José Manuel Villarejo en sus filtraciones en el peculiar caso Corinna/Juan Carlos I y a la vez considerar “cloacas del estado” cuando la filtración habla del Vicepresidente Iglesias y atañe a su cadena de favores orientada al bienestar de sus chicas (Gemma, Tania, Irene, Dina…)
Porque hipocresía es interpretar de manera maquiavélica y torticera las palabras escritas en el Comunicado de a Casa Real de S.M. el Rey el 3 de agosto “deseo manifestar mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de las funciones del Rey Felipe VI desde la tranquilidad y el sosiego que su alta responsabilidad requiere. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen”. Imaginar al mentiroso Sánchez o a su faldero socio Iglesias renunciando a una mínima cuota de poder para “facilitar, tranquilizar, sosegar” la gobernabilidad de España, o conjeturar con que ambos hablen de “responsabilidad, legado o dignidad” es simplemente y llanamente una quimera.
Porque hipocresía es “condenar” al Rey Emérito sin estar de momento ni acusado, cuando en las filas de ambos partidos, PSOE y UP, militan senadores, concejales, alcaldes y diputados  acusados y condenados por delitos.

Preferimos no seguir con los ejemplos de hipocresía de estos fariseos. Son tantos que me temo podíamos aburrirles.

Con todo, y acomodado en esa posición de continuo logro de desfachatez e insulto a la inteligencia hacia los ciudadanos, nuestro presidente de gobierno Pedro Augustus Sánchez consigue el “no va más” de la caradura: el alojamiento elegido para sus vacaciones es el Palacio de La Mareta en la isla canaria de Lanzarote que fue un regalo personal del rey Hussein II de Jordania a Juan Carlos I.




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