El 14 de mayo Pablo Iglesias anunció en el Senado el INGRESO MÍNIMO VITAL. Con el adorno habitual en el vicepresidente y con su acostumbrado y afligido gesto de las grandes ocasiones, Pablo Iglesias comunicó una decisión del gobierno que, por fin, a todos nos parecía correcta pues afectaba a los cientos de miles de personas que andan en situación de extrema necesidad. No hace falta ser demasiado sagaz para dudar de las palabras de este gobierno; incluso la sospecha aumenta si el encargado del anuncio es Pablo Iglesias, auténtico paradigma del embuste solo comparable al de Pedro Augustus Sánchez.
El atrevido Iglesias, suponemos que cloroformizado por el anuncio y la importancia del mismo, se permitió poner una coletilla a la proclama: “tendrá efecto desde el día mismo de su aprobación”.
Por lo tanto, y a pesar de que hay mucho iluso que aún se fía de la pareja Sánchez/Iglesias, la certeza de que se trataba de una trola era unánime; con “la pareja”, el reto es descubrir el tamaño de la mentira. Y, con estupor, hay que reconocerle en este caso al sr. Iglesias un descaro imprevisible:
el plazo para presentar las solicitudes empezó el 15 de junio. Desde entonces y hasta el 7 de agosto, se han presentado 714.000 solicitudes para recibir esta renta pública, según los datos del ministerio de inclusión, seguridad social y migraciones, y que maneja UGT; la administración ha dado salida a 4.150, ¡¡el 0,7%!! de las peticiones recibidas.
Podríamos completar varias páginas sobre la forma y el fondo de esta información. Pero cansa el personaje y su caminar constante por el embuste y la trola; así que hemos querido recoger como apoyo al escrito una viñeta del genial JM Nieto (ABC del viernes 21 de agosto), auténtico humor respetuoso y que siempre sugiere reflexión.
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