La ministra de IGUAL DA compareció este miércoles, 25 de noviembre, en rueda de prensa para apelar a la unión de las mujeres para luchar contra la violencia de género.
Acompañando su presencia ante las cámaras con sus ya fingidos y afectados semblantes, esta vez se superó a sí misma con un gimoteo impropio de quién, pudiendo hacer algo por las mujeres, se limita a presidir y mantener un “ministerio” convertido en la más lamentable prueba de que LA IMAGEN y el POSTUREO es el motor de toda la actitud de este DESgobierno.
Ante tanto caos e inmoralidad en el que nos tiene sumido el tándem Sánchez-Iglesias (pactos con terroristas, falta de libertades, abusos de poder, manipulación de jueces, desvíos de dinero y/o enchufismo obsceno), las apariciones de la mujer -esposa, ligue, pareja del vicepresidente Iglesias- resultarían meras anécdotas, si no fuera porque realmente existen situaciones de violencia contra las mujeres a las que toda la sociedad rechaza.
De manera que SÍ es un ministerio que podría y DEBERÍA tener al frente una persona que estuviera dispuesta a contribuir a mejorar la situación de las mujeres, y no “DE SUS MUJERES”, que es en lo que en realidad se ha convertido este nido de desatinos, enchufismo e injusticias que es el Ministerio que dirige la chica de Pablo.
Y en lugar de suponer un apoyo a las mujeres, tenemos una situación de abandono a la mujer como nunca antes habíamos vivido:
Seguimos a la espera de responsabilidades penales y políticas en las violaciones, abusos sexuales de las (y los) menores tutelados por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales en Palma de Mallorca, centros cuya dirección ocupaba el, por aquel tiempo, marido de Mónica Oltra. Niñas que en las declaraciones efectuadas ante la policía, relataron sitios, nombres y hechos y que para su resolución la llorosa Irene Montero decidió crear una “comisión de técnicos” que estudiara el caso; y nunca más se supo. y es que los implicados pertenecen al gobierno PSOE, PODEMOS y COMPROMÍS.
Seguimos a la espera de una justificación de los trabajos realizados por las ¡9 asesoras! de la lacrimosa ministra, con sueldos de 51.946 € por cabeza, de la Directora de Gabinete con 60.881 € y de las dos “asesoras dependientes del ministerio” con 90.000 €. La cartera ministerial que preside la pareja del Vicepresidente va a recibir el mayor incremento en los nuevos presupuestos generales del Estado: un ¡¡157%!!= 451 millones con un dato añadido escalofriante como es que se estima que a las “mujeres maltratadas” llegarán un millón escaso. El montante restante va destinado a sueldos, locales, asesorías, publicidad, etc etc
Seguimos a la espera de que la ministra Irene Montero pida la comparecencia del ministro del Interior para que explique la razón por la que en España siguen muriendo una preocupante cifra de mujeres a manos de sus parejas.
Seguimos a la espera de que la ministra aclare la razón por la que afirmó, con la seguridad asombrosa que atesoran siempre las mujeres comunistas, que había asistido a una reunión telemática con “las ministras de Igualdad de los países europeos” cuando la realidad es que tales ministerios no existen en Europa, sino que se tratan de gabinetes que dependen de otros ministerios curiosamente presididos por hombres y mujeres.
Seguimos a la espera de que los medios afines a Montero (SEXTA, CADENA SER, TVE española, TELE 5, EL PAÍS…) se hagan eco de la resolución de un Tribunal Administrativo que obliga a modificar el pliego de prescripciones técnicas para la contratación de ciertos trabajadores que imponían fueran específicamente mujeres.
Seguimos a la espera de una aclaración al acoso protagonizada por 12 chicas a una menor de 13 años en Palma de Mallorca que terminaba con la niña acorralada en portales de su ciudad y victima de palizas… por ser “hija de Guardia Civil”.
¡Qué lejos del ministerio de igualdad quedan las cientos de miles de lágrimas sinceras que derraman tantas y tantas mujeres víctimas de maltrato! y que, “gracias” a la ministra de IGUAL DA, nos retrotrae a Publio Silio cuando afirmaba que “las mujeres aprendieron a llorar para mentir”.
A la fingida Irene solo le concedo el beneficio de la duda a esas lágrimas que acompañaron sus “las mujeres estamos aterrorizadas y somos incapaces de hablar de nuestras experiencias”: andar por la casa con un macho aficionado a “azotar a las mujeres hasta que sangren”, distribuir fotos íntimas de novias entre grupos de whatsapp o andar robando móviles a los ligues es motivo para estar preocupada.
Aún así, supongo que a ella le compensará y por eso calla.
