martes, 17 de noviembre de 2020

Ernest Lluch: DESCANSE EN PAZ

 

21 de noviembre 2.000; un vecino de la avenida de Chile en Barcelona baja al garaje de su casa hacia las 23,30. Próximo a su coche se ven las piernas de un hombre tumbado en el suelo; se acerca y descubre a un individuo tendido abrazado a unos apuntes. De su cabeza sale un reguero de sangre que alcanza la cubierta de un libro: la herencia de Eszter de Sándor Márai, novela corta que había comprado esa tarde el hombre que yace muerto en el suelo: Ernest Lluch.

Ernest Lluch había sido Diputado en las Cortes en 1.977. Tres años más tarde fue Portavoz del grupo parlamentario de los socialistas catalanes en el Congreso. Entre los años 1.982 y 1.986 fue Ministro de Sanidad. Finalmente se retiró de la política en 1.986 para reincorporarse a la cátedra de Historia de Doctrinas Económicas de la Universidad Central de Barcelona. El 2 de enero de 1.989 toma posesión como rector de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.

A pesar de llevar 14 años apartado de la política, el profesor Lluch había provocado “gravemente” a la banda terrorista BILDU/ETA publicando un artículo en EL CORREO en donde aclaraba que la primera víctima de ETA había sido la bebé Begoña Urroz Ibarrola el 27 de junio de 1.960 al sufrir directamente la explosión de una bomba en la estación de tren de Amara.

48 horas más tarde de aquel fatídico 21 de noviembre se produjeron dos manifestaciones en San Sebastián y Barcelona, esta última con la presencia de cerca de 1.000.000 de personas. En la cabecera figuraban diferentes políticos portando una inmensa pancarta donde se leía “CATALUÑA POR LA PAZ. ETA NO”. Entre los “indignados y compungidos” políticos todos los altos cargos socialistas con José Luis Rodríguez Zapatero en primera línea.

Por aquel tiempo Adriana Lastra andaba de secretaria general de las juventudes socialistas en Ribadesella. José Luis Ábalos era concejal del Ayuntamiento de Valencia y Pedro Sánchez acababa de terminar un Programa de Liderazgo para la Gestión Pública por la Escuela IESE de la Universidad de Navarra.

Han pasado escasos 20 años y el P.S.O.E. de las lágrimas, “indignación y pesadumbre” pacta con Arnaldo Otegui la legislatura para los dos siguientes años. Y ¿quién era, qué hacía Arnaldo Otegui por aquel noviembre del 2.000?

Unos años antes, el lúgubre socio del actual gobierno PSOE/UP, Arnaldo Otegui, junto a otros terroristas, habían raptado y conducido a un zulo en Elgoibar a Luis Abaitua Palacios. Tiempo después el hijo del raptado contó que los pistoleros, para entretenerse durante el cautiverio del empresario, jugaron a la ruleta rusa con él; esto es: introducir una bala dentro del tambor de un revólver, que gire en cilindro y colocarse el cañón en la sien y presionar el gatillo.

Pues el guerrillero Otegui fue entrevistado en agosto del 2.000 en la televisión vasca e instado a dar su opinión sobre los cuatro tiros que acababan de acabar con la vida del periodista-columnista del diario EL MUNDO, José Luis López de Lacalle en Andoain, respondió, con la foto en el trasfondo donde se veía una sábana blanca junto a un paraguas rojo cubriendo el cadáver del periodista: “lo realmente significativo ha sido la muerte de cuatro compañeros en agosto en Bilbao (aludiendo a los cuatro ETARRAS que habían muerto manipulando un artefacto explosivo); que nadie dude que este país lo vamos a conquistar peleando y luchando”.  Pocos días después morían Francisco Cano Consuegra en Tarrasa por una bomba colocada en los bajos de su coche y Juan Manuel Gervilla Valladolid en Barcelona por dos disparos en la nuca.

Uno, recapacitando el pacto alcanzado por este gobierno PSOE/UP con BILDU, sólo puede explicar tanta maldad en las personas, calificándoles como enfermos, y desde esa sugerencia tratarles como tales individuos necesitados de tratamiento psicológico y psiquiátrico.

Si analizamos a las personas inmersas en este pacto como seres humanos sinceros y “sanos”, entonces debemos de estar muy atentos y prevenidos ante lo que es ya una incuestionable demostración de la naturaleza de los personajes que rigen nuestro destino.

Si han sido capaces de ocultar muertos por la pandemia, abrazar y compadrear con asesinos que abiertamente reconocen no estar arrepentidos, ¿alguien duda de que no están dispuestos a jugar a la ruleta rusa con todos y cada uno de nosotros?

Recomiendo encarecidamente leer “la herencia de Eszter” de Sándor Márai. Un buen ejemplo de la capacidad del mal ejercida por algunas personas.



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