viernes, 13 de noviembre de 2020

el gobierno progresista

 

Sra. Margarita Robles,

                El 9 de junio de 2.016 asistí a una charla/coloquio impartida  por Lilian Lintori en el diario LA RAZON. Entre las personalidades presentes se encontraba Vd, Margarita Robles, por aquel tiempo magistrada del Tribunal Supremo de España de la Sala 3ª.

                Cruzamos unas fugaces palabras, suficientes para permitirme captar dos sensaciones sobre su figura: su enorme sensibilidad al mostrar el impacto que le había producido el sobrecogedor relato de la esposa del político Leopoldo López, y una segunda percepción de un palpable interés por cuidar el rendimiento político/social que en una reunión de este tipo suelen demostrar. De esta segunda impresión comprendo perfectamente que la profesión de “político” deforma la naturalidad en las formas de actuación y las encauza más a comportamientos disfrazados según lugar y circunstancias. Por el contrario, de la autenticidad que transmitieron sus gestos y palabras aquel ya lejano 9 de junio del 2016 y de la afección demostrada por Vd ante el relato espeluznante que escuchamos de Lilian Lintori a causa de los desmanes perpetrados por el régimen venezolano en modo de torturas y violaciones a los disidentes, no me cupo ninguna duda de que Vd., Margarita Robles, era VERDAD. Tanta VERDAD como para conseguir humanizar su figura acomodando sus atestados brillantes éxitos profesionales a un segundo plano, priorizando en su tarjeta de visita la integridad de las personas cuyo mérito y valía radica en su esencia como sujetos y de la que su respetabilidad se asienta en algo tan sencillo y maravilloso como lo es tener un nombre y un apellido. En su caso: Margarita Robles.

                Hoy, cuatro años después, he de reconocer la inmensa decepción, unida a burla, que me llega por su comportamiento como cargo público que se supone era, y es, de tan enorme importancia como ministra de defensa. Y aclaro la calificación de “se supone” porque personajes como Vd denigran con su conducta la enorme consideración y significación que el cargo de Ministro/a de Defensa conlleva.

                No me corresponde a mí apelar a la posible mala conciencia con la que pudiera Vd coexistir; cuesta entrar a razonar y/o entender la capacidad “creativa” que tiene la mente humana para justificar actuaciones que van directamente contra los propios valores. Eso es en realidad la mala conciencia. Desde la cercanía que desprenden sus declaraciones y actuaciones públicas se percibe una insensibilidad e indignidad muy lejana a la tranquilidad del alma que es el primer compañero de viaje del hombre, mujer en su caso, íntegra.

                Me pregunto, le pregunto: ¿es realmente tan cautivadora la fuerza del poder como para conseguir que una persona con la responsabilidad suya no solo blanquee los crímenes de la banda criminal ETA, hoy representada en el poder del Estado en la formación BILDU, sino que incluso lo haga socio prioritario de gobierno?

¿es tan tóxico el ansia de mandar, como para mirar hacia otro lado al evocar los tiros en la nuca, bombas lapa y crímenes de los elegidos por Vd. y sus compañeros de gobierno para gobernar?

¿es tan grande el enganche al endiosamiento que la tiene atrapada como para permanecer impasible cuando se cruza con la diputada del P.P., Teresa Jiménez-Becerril (hermana de Alberto Jiménez-Becerril asesinado él y su esposa el 30 de enero de 1.998 paseando por las calles de Sevilla y cuyos tres hijos, de 8, 7 y 4 años, quedaron a su cargo)?. Las personas que organizaron, dieron la orden y ejecutaron de un disparo en la nuca a Alberto son los compañeros de viaje del grupo a los que Vd y sus colegas de gobierno consideran merecedores de caminar de la mano en la “reconstrucción de España”.

¿es tan grande su deslealtad que olvida su promesa al tomar posesión de su cargo?

¿es tanta la soberbia que la acompaña en la actualidad como persona agraciada por el cargo de ministra de defensa, como para aplaudir el pacto de gobierno alcanzado con aquellos que, no solo no condenan los 858 asesinatos de la banda terrorista ETA sino que reciben con honores a los asesinos?

¿es tal su humillación personal como para aceptar, colaborar y hasta aplaudir sin el más mínimo decoro, la más que demostrada capacidad de mentir del presidente de gobierno, Pedro Sánchez, afirmando en cientos de ocasiones su negativa a llegar a cualquier tipo de acuerdo con los Bilduetarras?

¿siente Vd que TODO merece la pena con tal de ESTAR?

Y finalmente: ¿realmente Vd participa de la idea de ese “relato” impuesto y considera a la persona que firma este escrito, yo mismo, es un peligroso nazi fascista?

No puede sorprender en ciertos compañeros/as suyos de gobierno actitudes de consenso y apoyo a personajes tan reprobables y crueles como los integrantes de sus nuevos socios de legislatura BILDU-ETA; algunos lo hacen por convicción, otros por notable amoralidad, algún tercero por  supervivencia económica y los más por la suma de las tres premisas.

Lo que resulta del todo incomprensible es que Vd, Margarita Robles, que ingresó con 25 años en la carrera judicial con el número uno de su promoción convirtiéndose en la 4ª mujer juez en España, la primera mujer que presidió una sala de lo Contencioso administrativo, primera mujer en presidir una audiencia (la de Barcelona), tercera mujer en llegar al Tribunal Supremo, Secretaria de Estado de interior, Magistrada del Tribunal Supremo de España, vocal del Consejo del Poder judicial de España y en la actualidad ministra de defensa, se haya convertido en un triste satélite, compinche y cómplice de este gobierno asentado en el poder de la mano de simpatizantes de aquellos que ocasionaron tanto sufrimiento y dolor.

Y precisamente por esa biografía, a Vd, Margarita Robles, no se le piden declaraciones autoprotectoras llenas de oportunismo a modo de las protagonizadas por Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara, Javier Lambán o Susana Díaz. Su VERDAD le exige el valor de un acto ajeno a la oportunidad del momento.

Viendo su gestualidad dudo que ni se le pase por la cabeza prescindir del acomodamiento que supone vegetar en la MENTIRA del presente.

Vd, Margarita Robles, colocará su nombre en la historia entre aquellos que claudicaron a una existencia honesta, abducidos por el endiosamiento de un cargo, ebria de poder y con el ánimo lesivo suficiente para considerarse afortunada caminando junto a los seguidores y admiradores de asesinos.

Aquel 9 de junio del 2.016 Vd, Margarita Robles, era una persona respetada por su valía como profesional y mujer. Hoy, noviembre del 2.020, es Vd una mujer con altas capacidades dudosas y titubeantes, por desgracia, todavía por descubrir. Nos quedamos con esa triste duda, y el consiguiente trágico suspense, que su figura ahora transmite.

Lo que ya tenemos claro, y sobre lo que desde luego no existe posible interrogante, es que Vs es ya solamente una persona que no fue capaz de defender ni su nombre ni su apellido.



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