domingo, 9 de agosto de 2020

y los terroristas se quedan...

 

En febrero del 2014 la escritora francesa Laurence Debray y el cineasta Miguel Courtois anduvieron dos días por la Zarzuela para grabar un documental sobre Juan Carlos I.

Poco tiempo después se emitió en la televisión francesa.

En España estuvo varias veces a punto de ser difundido, pero, entre unas cosas y otras, el documental quedó olvidado en un cajón.

Este jueves, 6 de agosto del 2020, TVE ha emitido el documental consiguiendo un 15% de audiencia lo que le ha supuesto figurar como líder indiscutible de esa franja horaria (algo por cierto totalmente inverosímil en televisión española en los últimos años).

Tanto tiempo “olvidado”…censurado son esos misterios que nos brinda la nueva política.

La grabación nos muestra un Juan Carlos I cercano, cordial, bromista y simpático. Incapaz de adjudicarse medallas; incluso en uno de los momentos de la entrevista, Laurence le recuerda su gestión en la dura crisis del petróleo en los años 70 y en donde, gracias a su gestión muy cercana a los árabes, consiguió la entrega de barriles para España al mejor precio de Europa. “Es lo que tocaba” es su única respuesta.

Con todo, un detalle impactó a la periodista y al cineasta: ante la pregunta de Laurence “¿cuáles son los peores recuerdos de su reinado?” Juan Carlos I, sin pestañear, responde “son las víctimas del terrorismo”. Y comenzó a llorar.

Cualquier comparación con los irresponsables “responsables” de la actualidad es pura ficción.

Pedro Augustus Sánchez y Pablo Iglesias han sido incapaces de mostrar el más mínimo dolor o aflicción (en público o en privado) ante los 45.000 muertos por el covid19. Y no conformes con ese proceder, no han dudado en ocultar a varios miles de fallecidos para “quedar bien”. Ninguna visita a un hospital, ningún gesto que pueda comprometer la imagen de ambos y que pueda unirles a la palabra dolor; son dioses…inmunes, exentos de culpa.

Pensar en una lágrima en ambos personajes es una burla a la inteligencia.

Conviene recordar, hoy más que nunca, que mientras Juan Carlos I se tiene que ir de España, los pistoleros del “tiro en la nuca” a los compañeros de Pedro Augustus, están siendo homenajeados en los pueblos de España.

Y eso no les causa ni la más mínima congoja a la pareja Pedro/Pablo.

Y si eso es peligroso para la salud de España, más lo es para la moral, la ética de esta España en manos de dos personajes a los que solo les veremos derramar alguna lágrima el día que tengan que salir de Moncloa.

Y antes de que ocurra eso, la pareja en cuestión se van a llevar por delante lo que sea y a los que sean; y entre los aniquilados (si es de los que osa objetar algo en contra), no lo dude lector, está vd.


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