Anda el vicepresidente con más trabajo del habitual. Sus intervenciones en público son cada vez más espaciadas. La lógica más elemental dice que tantos frentes judiciales abiertos no da para atender la agenda social, que, según se rumorea, él conduce.
Desde su mansión de Galapagar, el acobardado líder comunista, prepara su particular otoño caliente muy alejado de la España real en donde se adivina un panorama funesto para los españoles.
Aún así, el desvergonzado y asustadizo Iglesias, ha tenido un minuto para dedicárselo a sus fieles, rendidos y dóciles admiradores ofreciéndoles un twitter de lo más ingenioso.
Dice el aspirante a Wenstein de Galapagar:” los cambios y el progreso no se producen sin resistencia de los viejos poderes”.
Y, mira por dónde, lo afirma la persona que lucha con trampas y embustes contra una sociedad con igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos en donde cualquier individuo pueda acceder a una vivienda decente mediante un trabajo digno o donde cualquier mujer pueda acceder a una vida justa acorde a sus méritos nacidos por su intelecto y no por sus artes amatorias.
Señor Iglesias, muy a su pesar, en España todavía existe prensa libre y jueces independientes que protegen a la ciudadanía de los viejos poderes entre los que el arquetipo más significativo es Vd.
El señor Iglesias, en ese maremágnum de contradicciones, se ha convertido en el sarcasmo más grosero de la nueva política.
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