miércoles, 29 de julio de 2020

las cuatro patas de la mesa


„Al fin y al cabo, ¿qué clase de ciencia es ésa, capaz de poner un hombre en la luna pero incapaz de poner un pedazo de pan en la mesa de cada ser humano?“ —  Carlos Ruiz Zafón

Esta frase del recientemente fallecido Carlos Ruiz Zafón, recoge una máxima aplicable a múltiples vivencias de la vida actual. Y entre estas tantas experiencias cabe incluir a nuestra política y a sus artesanos que no son otros que nuestros actuales políticos en el Gobierno que son capaces de las actuaciones y declaraciones más inauditas.

Y es que “al fin y al cabo, ¿qué clase de políticos son éstos, capaces de montar escenas Disney para loa, alabanza y enaltecimiento del Presidente pero incapaces de poner un pedazo de sensatez para bien de los ciudadanos”. (que la memoria de nuestro genial escritor me perdone por esta tosca utilización de una frase suya)

El objetivo de los gobernantes es de una sencillez total: procurar el bienestar de los ciudadanos. El “cómo y la forma” sí resulta más complejo; de ahí que cada país apechuga como buenamente puede con lo que las urnas dictaminan. Y aquí, en nuestra maravillosa pero a la vez inaudita España, las resabiadas urnas no nos han sido especialmente dichosas.

La triste realidad es que las formas y el fondo de nuestro Gabinete, más inmerso en la gestión de fraudulentos aplausos con el objetivo indisimulado de tapar un cúmulo incontable de desastrosas actuaciones, no da para más.

Las cuatro patas de esta mesa donde los políticos deberían suministrarnos de bienestar a los sufridos ciudadanos, nos depara unos sobresaltos insólitos.

Veamos un ejemplo de un día cualquiera; por ejemplo el cercano 27 de julio:
Primera pata: el sabio Fernando Simón sale al rescate del turismo español, herido de muerte tras la decisión del gobierno de Reino Unido de decretar una cuarentena  de 15 días a todo turista procedente de España, con un demoledor “Reino Unido nos hace un favor con esta decisión porque nos libra de problemas”. Declaración adornada con su inseparable sonrisa de surfista hábil y conquistador.
Segunda pata: la ministra de Exteriores González Laya, ante el irreparable perjuicio que ocasiona la decisión del Reino Unido valorado en de 200 millones de euros ¡¡diarios!!, se pone manos a la obra para resolver el problema: diseña un viaje a Ankara para rebajar las tensiones entre Turquía y Grecia.
Tercera pata: Tezanos, brillante encargado del CIS, nos sorprende con una oportuna encuesta que da al PSOE una estimación de voto 12 puntos superior al PP; al tiempo que vaticina una subida en estimación de votos a U.P., ¡¡que ha perdido 294.912 votos en los pasados comicios del 12 de julio en Galicia y país vasco!!
Cuarta pata: Pedro Sánchez aconseja al Rey Felipe VI tomar medidas contra su padre, el rey emérito, instándole a expulsarle del Palacio de la Zarzuela. Tal medida se la piden, exigen, sus socios de Gobierno, ERC y PNV; los mismos que llevan en su programa echar ¡¡a Felipe VI!! y que, en una demostración de malicia y perfidia, alentaron a las masas a quemar contenedores y fotos de las Infantas en el discurso que el 6 de noviembre del 2019, fecha en que la Princesa Leonor dio un discurso en Barcelona con motivo de la entrega de los premios Princesa de Gerona.
Alrededor de la mesa de estas 4 patas se avienen a comer a diario nuestros 18 ministros y 4 vicepresidentes.

Mi consejo es doble: primero búsquense el pan de cada día en cualquier mesa que no tenga 4 patas tan frágiles e inseguras; y segundo, cuando tengan vds que acudir a las urnas (si es que volvemos a votar bajo la vigilancia y control de la Unión Europea y no bajo las habilidades de Venezuela), piénseselo bien. Porque cuando se le dan 120 diputados a unos tipos como los que gobiernan en la actualidad ocurre que después hay que acudir a afamados y eficaces carpinteros que arreglen las 4 patas de esta mesa.




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