La estrategia del odio recetada
desde el gobierno va extendiéndose con celeridad y eficacia. Esparcir el odio necesita
un caldo de cultivo mucho más simple y sencillo que implantar el apego o la
estima.
Así ha ocurrido a lo largo de tantos siglos de la historia de la
Humanidad. Y en esas maniobras andan ensimismados y concentrados nuestro
gabinete con la pareja de “maestros” Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Lejos de
andar en mensajes constructivos, sus maquinaciones se centran en el enfrentamiento
y la crispación. Mujeres contra mujeres, Comunidades Autónomas contra
Comunidades Autónomas, Jueces contra Jueces…
En la cuidada y a la vez visible
estrategia de acoso y derribo no se está salvando nada ni nadie de los que osen
pensar y/o sentir de manera contraria a lo que marca esta nueva modalidad de
dictadura moderna salida de las urnas.
La irresponsabilidad que están
demostrando nuestros actuales gobernantes en el diseño y la ejecución de este
odio planificado es de una magnitud enorme, convencidos como estamos unos
cuantos de que la siembra de la inquina tiene un camino de ida muy manejable y
sin embargo una vía de retorno muy amarga y dificultosa.
Cuando se odia, nuestro corazón
queda perturbado para siempre.
Y en esta estrategia andan
ciertos medios de comunicación que, alguno por algún tipo de recompensa y otros
por “amistad”, se apuntan a poner sus plataformas al servicio de estos
profesionales de la crispación. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio.
En el punto de mira de estas maniobras
está el asentamiento del odio a la Monarquía en la actualidad visible en la
figura de Felipe VI.
No vale la pena enumerar las
actuaciones contra el Rey. De todos es conocido.
Sin embargo el Rey Felipe VI está
saliendo respondón. Sus últimas visitas a diferentes localidades de España
están suponiendo una acumulación de muestras de afectos entre la población.
A no mucho tardar la maquinaria
del odio empezará a trabajar con el notable brío y decisión que nos tiene
acostumbrado; no hay que ser un experto politólogo para imaginar la reacción
del guapo Sánchez y el “me too” Pablo Iglesias al comprobar el cariño y
simpatía con la que EL PUEBLO recibe y acoge a nuestro Rey. Al tiempo…
Allí donde Pedro Sánchez y su
flamante vicepresidente no podrían acudir ni en broma, allí acude Felipe VI por
cierto con una mínima escolta. Cercano al pueblo llano tanto en las palabras y como
en las distancias, el Monarca, sin embargo, no goza de la simpatía de nuestro Gobierno
incapaz de defender su figura ante los ataques coléricos y biliosos de los
partidos independentistas y/o pseudo etarras; incluso el propio Iglesias se
jacta de desearle al Monarca la guillotina o enviarle a los tiburones entre los
aplausos de los esclavos emocionados ante el gesto “tan poco crispado” del “me
too” de la política europea.
Y entre esos lugares visitados
por el Rey está el Polígono Sur de Sevilla, barrio que cuenta con una población
de 40.000 vecinos, de menor renta neta media por habitante de España (5.112 €
anual por persona). El barrio sufre un 20% de riesgo de pobreza, un 25% de
absentismo estudiantil y un 60% de fracaso escolar. Drogas, delincuencia…
Contemplar la imagen del dúo Sánchez/Iglesias intercalado entre esta población
supone un ejercicio de imaginación digno de el más experto guionista fantástico
de Hollywood.
De las futuras reuniones Pedro
Sánchez, Pablo Iglesias e Iván Redondo saldrá la reacción ante este fallo en el
proyecto de esta nueva España en la figura del Rey Felipe VI que como un
ciudadano más ha osado visitar al barrio más marginado de España y ha sido
recibido con entusiasmo y calor.
“Majestad, la maquinaria de
nuestros gobernantes es furibunda y endiabladamente eficaz; sin embargo tengo
siempre en mi memoria una frase de Tennessee William: ´el odio es un sentimiento
que sólo puede existir en ausencia de toda inteligencia`. Mientras tanto
podemos estar orgullosos hoy, 30 de junio del 2.020, de afirmar que el pueblo
más pobre de España lo ha proclamado de manera transparente y clara: Felipe VI 1 – Gobierno 0”.
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