La OMS (Organización Mundial de la Salud) comenzó a
advertir de la presencia y peligrosidad de la pandemia a finales del 2019. En
enero del 2.020 los países iniciaron las primeras estrategias contra el virus
de forma que todos los países europeos tenían formados un grupo de trabajo
compuesto por epidemiólogos, médicos y algún empresario diseñando un criterio
de trabajo para enfrentarse a la epidemia. Febrero fue el mes de la
constatación de la tragedia que se avecinaba y la ciudadanía fue advertida e
informada de la situación. En la primera semana de marzo ningún Gobierno en
Europa negaba la fatalidad; unicamente un país, no solo negaba la evidencia,
sino que, animaba a la gente a salir a las calles. Eran vísperas del 8M y la
vicepresidenta Carmen Calvo se descolgaba con una frase profetizadora: ”hay que
ir a la manifestación; nos va la vida en ello” y nuestro “responsable”
aseguraba en rueda de prensa “como mucho va a haber uno o dos infestados”.
El 9M, el gobierno advertía del peligro. Pasada una semana
España tomaba la decisión de confinar al país entero.
En febrero, Isabel Díaz-Ayuso preguntó al gobierno central
sobre las medidas a tomar ante la existencia confirmada de la pandemia. Obtuvo
la callada por respuesta.
El presidente del gobierno, Pedro Augustus Sánchez,
comenzó una rueda de contactos telemáticos con los presidentes autonómicos. En
todas estas reuniones la Presidenta de la Comunidad de Madrid reclamó más
atención para su Comunidad. Obtuvo la callada por respuesta.
En esta vehemente demanda de ayuda, la sra. Díaz-Ayuso
comete “un error” decisivo en las relaciones con el presidente del gobierno:
hace público el pasotismo y desprecio absoluto de Pedro Augustus con la
Comunidad de Madrid.
La última conferencia de presidentes autonómicos es
testigo de un detalle que define al personaje, en este caso Pedro Augustus:
ante una pregunta de la Presidenta éste mira a las otras pantallas y, tras
varios segundos de tensa espera de los presentes, contesta: “el siguiente”.
A partir de aquel día se van produciendo hechos
lamentables: 7 cartas enviadas desde la Comunidad de Madrid al gobierno de la
nación pidiendo una reunión urgente para establecer una estrategia conjunta
ante la pandemia. Obtuvo la callada por respuesta.
Una reclamación urgente de la necesidad de actuar en el
aeropuerto de Barajas. Obtuvo la callada por respuesta.
La Presidenta de la Comunidad de Madrid celebra una misa
en la Catedral de la Almudena en homenaje a las víctimas del coronavirus
(recordemos: 50.000) e invita a todos los miembros del gobierno entre los que
está por supuesto el propio presidente. No acudió nadie del ejecutivo.
La Presidenta de la Comunidad de Madrid invita al
presidente a visitar el Hospital de IFEMA en Madrid… obtiene la callada por
respuesta.
Pero Isabel Díaz-Ayuso no es persona de silencios e
insiste una y otra vez en hacer público el desamparo total a que el soberbio y
arrogante Sánchez somete a Madrid.
Es más, el presidente del gobierno, en esa loca carrera
por el poder, celebra por aquellas fechas una reunión en Ferraz con Gabilondo,
Franco y Cepeda en donde se les exije
“retorcer el trato a Isabel Díaz-Ayuso”. Y si esta infame reunión ya es prueba
de un odio extraño y enfermizo hacia la Presidenta de la Comunidad de Madrid, se
añade su habitual exhibición de chulería, ordenando se “filtre” el contenido de
la reunión. “Que Isabel sienta el miedo”.
Desde aquel día a hoy: todo encaja. El Vicepresidente
carga en prensa, radio y en el Congreso de los Diputados contra Isabel
Díaz-Ayuso. Se organizan huelgas de profesorado y personal sanitario en Madrid.
Se falsean datos y se la acusa de falta de atención… mientras el responsable
Fernando Simón anda de vacaciones buceando y montando en globo en un ejemplo de
lo que es en la actualidad la “España solidaria”.
Y el 17 de septiembre, el presidente envía una carta, POR
SUPUESTO PÚBLICA, a la Presidenta proponiendo una reunión en la sede de la
Comunidad de Madrid…para la semana que viene.
Provoca una confluencia de pena y temor la triste realidad
del sujeto Sánchez. Esa asociación de odio y rencor reflejado en la tenacidad
de “su trabajo”.
La enorme capacidad de resistencia de Díaz-Ayuso augura
una colosal embestida contra su persona.
Sánchez e Iglesias no se limitan a ser personas
peligrosas. Llegan más allá presumiendo de su capacidad destructiva.
En el presente político y personal se atisba el deseo de
“azotarla hasta sangrar”. El futuro político de la buena de Isabel va a
depender del vigor que ponga su propio partido en donde ya hoy, 18 de septiembre,
se lee en EL MUNDO que altos cargos del P.P. comentan que “en la calle no oimos
hablar bien de ella, transmite inseguridad” como contestación a las
declaraciones del propio Sánchez que hoy recoge la portada de LA RAZÓN: “va a
tomar su propia medicina”.
“El mundo es un lugar peligroso para vivir, no a causa de
la gente mala, sino de las personas que no hacen nada al respecto” decía Albert
Einstein
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