Cuando el ciudadano español común ya va asimilando lo mentiroso que es el aspirante a presidente de la república Pedro Augustus Sánchez, éste, en un alarde de ánimo y fervor, se lanza a la conquista del vecindario europeo.
En una semana de guirigay continuo y continuado para lograr la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, va el esforzado Sánchez y dice que si la oposición (el P.P.) no apoya los Presupuestos, Europa negará el dinero prometido a España.
Ni 24 horas tarda la Unión Europea en emitir una nota desmintiendo al mozo español, y afirmando que Europa, consciente de la situación económica dramática en la que se encuentra España, hará efectivo un primer pago del préstamo prometido.
Cualquier comentario sobra.
Pedro Augustus persiste en superarse a sí mismo y disputa con todo su arsenal de dislates por ser el más desvergonzado líder europeo.
Al otro lado de los Pirineos nuestro presidente es observado como un personaje digno de estudio. Por aquí lo que provoca es vergüenza y zozobra.
La pregunta siempre es la misma: ¿Hasta dónde será capaz?
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