martes, 6 de octubre de 2020

"... negocio seguro"

 

Hace algunos meses, el comisario de Policía Nacional, José Manuel Villarejo, habló de una cena a la que asistieron varias personas entre las que se encontraban María Dolores Delgado y el juez inhabilitado Baltasar Garzón. El comisario acababa de ingresar en prisión y cualquier sujeto, hombre o mujer, que se presumía había tenido contacto con él, era sospechoso de conductas delictivas o como menos “no recomendables”. Como no podía ser de otra forma, siendo María Dolores Delgado ministra de justicia del gobierno Sánchez en el momento de las revelaciones del comisario, ésta negó conocer a “ese tal Villarejo”.

Pero de manera inesperada el “tal Villarejo” presenta unas grabaciones en donde no solo se escucha a Delgado y Garzón hablando con Villarejo, sino que queda patente su muy estrecha confianza. María Dolores Delgado se puso colorada…unos 5 minutos aproximadamente. Supongo que mirando a sus compañeros del consejo de ministro, debió de encontrar pocos que no hayan mentido.

Total: en las grabaciones se escucha a la perfección a la por aquel tiempo fiscal de la audiencia nacional, hacer bromas del conocimiento que tiene de que compañeros suyos de la fiscalía y judicatura, aprovechaban viajes al extranjero para “dar una vuelta con menores”. Con esa sorna de la que hace gala María Dolores Delgado, proclama abiertamente su preferencia a asistir a juicios presididos por “tíos; las tías son menos de fiar” para terminar calificando al juez Marlaska como “el maricón ese”.

La realidad de que los hechos vistos por la, recordemos, en aquel momento fiscal de la audiencia nacional eran delictivos y que cualquier persona, sí o no ligada a la judicatura, estaríamos obligados a denunciar, fue pasada por alto por el presidente de gobierno Sánchez. Este tipo de conductas suelen gustar al presidente. Indican “valor y arrojo”.

Viene a cuento esta breve introducción para dar entrada a lo que realmente nos centra en el escrito de hoy. En aquella cena el comisario Villarejo comenta la contratación de un grupo de mujeres para acercarse a hombres y así tener “armas” para extorsionarlos. Delgado comenta entonces: “buena iniciativa; negocio vaginal: éxito garantizado” entre las risas de los comensales.

Aclaración: el negocio vaginal tan exitoso consistía en tener información de hombres que, prisioneros de los encantos de las contratadas por Villarejo, conseguían el silencio del comisario a base de pagos de dinero, favores y/o…imaginen lo que quieran.

Durante estos días estamos asistiendo a una cantidad de información relativa a la relación del Rey Emérito Juan Carlos I con una tal Corinna Larsen. Sobre los detalles del cómo, dónde y cuándo se producían estas situaciones, resultan intrascendentes para el que suscribe este escrito.

Sobre el asunto Juan Carlos I-Corinna estamos ante una oscura historia de la que intuyo queda bastante por escribir; y de momento la única imputada en Suiza y España es la adaptable señora.

Dejo al criterio del lector la reflexión de la relación/similitud de aquellas mujeres contratadas por el comisario Villarejo y la tal Corinna Larsen. 

De lo que no me queda ninguna duda, pues está grabado y es conocido por todos, es de la simpatía y buenos ojos con la que la actual Fiscal General del Estado ve los “negocios vaginales”.






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